En artículos anteriores hemos hablado de la constitución de los sistemas familiares y en cómo todos tienen algo en común: una madre y un padre biológicos.
En esta ocasión vamos a profundizar en la diversidad familiar y en cómo pueden ayudarnos las constelaciones familiares en ello.
Hay tantos tipos de familias como personas en el mundo: hombre+mujer, mujer+mujer, hombre+hombre, mujer, hombre, persona no binaria, y dentro de cada familia, cada persona a su vez es un propio sistema. Cada persona dentro de ese sistema constituido que es la familia tiene a su vez detrás dos linajes: materno y paterno.
Independientemente de la forma en que hayas sido concebida hay cosas que no cambian de cara a las constelaciones familiares: honrar al padre y a la madre, tanto a los biológicos como a los de corazón.
Podemos llegar al mundo a través de un coito (voluntario o no), a través de ovodonación, a través de donación de esperma, y después ser gestadas en nuestra propia madre, en otra de nuestras madres en el caso de parejas homosexuales, en una madre de alquiler o en nuestro padre si este es trans y nació como mujer biológica. Y una vez que llegamos al mundo nos recibirán o no esas mismas mujeres y aquí se puede dar uno de los primeros desórdenes en constelaciones familiares.
Si la madre que da a luz no es la misma que se hará cargo del bebé, por ejemplo en caso de vientres de alquiler o adopciones, se da un movimiento de amor interrumpido, ya que el bebé es arrebatado, en muchos casos literalmente, de su lado sin ningún contacto. Eso se traduce en que un bebé que ha vivido unos nueve meses en un útero, comido, respirado, sentido, latido…con su madre gestante, de repente es separado de ella, de los olores que conoce, de los sonidos que conoce, de la seguridad que conoce para aterrizar en brazos de otra persona. En ese trance puede sentir abandono, y lo hace desde el inconsciente, independientemente de que luego sea cuidado entre algodones, algo en su interior sabe que ha sido separado de lo conocido y que alguien le ha abandonado. Puede que a lo largo de su vida esta personita sienta que la van a abandonar en cada relación, que no está segura en su propia vida y tenga una mala relación con sus padres, más concretamente con su madre, o parejas. Si resulta que esa personita va a ser cuidada por otra familia en la que físicamente no hay madre, ese sentimiento seguirá estando ahí. Esta separación también puede darse en bebés que nacen de forma prematura o con alguna complicación y no pueden hacer esa transición con su madre.
Para reparar ese vínculo debe tomarse a la madre, con todas sus circunstancias, con todo lo fue y ya no podemos cambiar. En el caso de no tener madre física se puede hacer a través de un ritual. Este ritual puede hacerse desde que el bebé es pequeño. Se le cuenta que tiene una madre (a la que podemos llamar por su nombre o no) y que hizo posible que ahora disfrute y viva la vida que tiene y que (nosotras-nosotros-nosotres) le vamos a cuidar desde el corazón y con el corazón. Honrar a la madre de esa criatura también es bueno para quienes han necesitado de esa madre para poder constituir una familia, ya que ese gesto la incluye en nuestro genograma.
En el caso de donación de esperma la honra es hacia ese padre, conocido como donante, y que tiene toda una historia, la conozcamos o no, detrás. Es el padre biológico de la criatura y esta debe saberlo y honrarlo aunque no forme parte de su vida en el afuera, porque sí lo forma en el adentro. Esa personita comparte genes con todo un sistema aunque desconozca de cuál se trata. El ritual es el mismo. Contarle que hay un padre que dio su «semilla» para que ella naciera y viviera la vida que tiene.
Otros casos más complicados son los vientres de alquiler, ya que aquí puede ser por ovodonación de la madre que alquila, semen del padre que alquila o ni una cosa ni otra ya que a veces se hace de forma ciega: dos hombres que son pareja y quieren tener descendencia y donan ambos pero sin saber quién será realmente el padre biológico (más tarde con una prueba de ADN puede saberse) o parejas heterosexuales que el semen es de él y el óvulo por donación o al contrario, o parejas de mujeres que gestan en otra mujer con sus óvulos y semen de donación. Las variantes son múltiples pero en todo caso la honra a esa madre/padre biológico debe hacerse para ordenar el sistema. Saber que hay dos personas que hicieron posible que ese bebé esté en la vida.
En los casos de adopción también hay que incluir a esos padres en el genograma, como en los anteriores y honrarlos de la misma forma. Aquí hay un caso excepcional: cuando el bebé es fruto de una violación (sea dado en adopción o no) hay que hacer un proceso más largo. Primero porque esa madre tendrá que hacer un duelo por lo sucedido y el trauma va a estar ahí de por vida y después porque tendrá que amar en su bebé al padre de este y eso es un poco más complicado de llevar a cabo. En caso de dar al bebé en adopción no es necesario contarle lo que hizo su padre pero sí trabajar desde pequeño en su reconocimiento a ese padre por lo que es: su padre, independientemente de lo que hizo en su vida.
Cuando me refiero a honrar a la madre o al padre en todos los supuestos es honrar nuestra propia vida, no lo que hicieron o lo que dejaron de hacer, es entender que el regalo de la vida es lo que me dieron y agradezco eso.
Y planteando esto me viene a la cabeza un supuesto, ¿Qué pasa con los bebés robados? A priori esos bebés no saben que lo son, pero a medida que crezcan pueden notar que no encajan en sus familias, que no se reconocen en ellas, que les falta algo…y está claro que en constelaciones no hacemos magia, no obstante sí puede verse si pasó algo en su infancia, pueden verse en el campo movimientos que nos den pistas y aquí, por supuesto con cuidado, intentar averiguar a través de la consultante, lo que sabe o no sabe sobre su vida, porque muchas de las personas que acuden es porque tienen una intuición de que algo no funciona bien y a partir de ahí y preguntando se puede llegar a conclusiones que les permitan seguir avanzando en su búsqueda.
¿Y que pasa cuando las parejas se separan? ¿o se reconstituyen?
Habría que mirar cada caso en concreto, lo que tratamos desde constelaciones son desórdenes en los sistemas y aquí puede darse que los progenitores hablen mal unx de otrx y esa criatura no sepa a qué atenerse, que unx de lxs dos tenga la custodia y no deje al otrx verlo por determinadas circunstancias, que unx haya renunciado a esa criatura y no se haga cargo de ella, que te obliguen a tomar como madre o padre a quien no lo es ignorando a quien sí lo es…Lo más sencillo es lo que vale: tengo una madre y un padre, los tomo y los honro y el resto son circunstancias que se suman a mi vida.
Vuelvo a repetir antes de terminar que los supuestos son infinitos y que desde las constelaciones familiares lo único que podemos ver es lo que hay en el campo, la fenomenología de lo que sucede en cada sistema y en el caso de las familias y sus relaciones mucho pasa por tomar a la madre y al padre sean cuales sean los biológicos y los de corazón.
La diversidad familiar está a la orden del día y no podemos obviarla ni mirar hacia otro lado con lo que está sucediendo, sólo poner a disposición de esas familias las herramientas necesarias para que el sistema esté en equilibrio y todo marche lo mejor posible.
En el libro Noches azules de Joan Didion, ella cuenta la adopción de su única hija y todas las dificultades que se derivaron de ella, como la poca preparación mental de encontrarte en tus brazos a un bebé que deseas pero no sabes cómo tratar porque nos guste o no, no conocemos de nada. Por eso es imprescindible el proceso por parte de todas las partes. En el mismo libro habla de un cuento que le contaban a su hija sobre su elección y aquí se ve rápidamente lo que sucede en la mente de esa niña: Ella le cuenta que recibió una llamada del doctor diciéndoles que podían ir a por el bebé y que ellos, los padres, eligieron de todos los que había a ella. Y ella, con cuatro años ya se pregunta si no hubieran cogido el teléfono quién habría venido a por mí? Me hubieran elegido otros? Esa sensación de vulnerabilidad y abandono surge en los bebés de forma natural, es un instinto de desprotección ante lo que están viviendo.
Joan Didion cuenta que el cuento no era la mejor opción pero era lo que recomendaban entonces.
Ahora que tenemos muchas más herramientas podemos hacerlo desde otro lugar, bien desde la consulta o desde lo jurídico, porque esos bebés tienen su derecho a saber quiénes son, de dónde vienen y debeos dárselo.
En España la donación es anónima aunque tiene una trazabilidad por si surgen complicaciones genéticas, porque no olvidemos que lo genético se comparte por generaciones y muchas veces se nos olvida pensar en lo que heredamos de esos linajes. Esto desde 1988 no es así del todo ya que se propuso crear por ley un registro de donantes que aún no se ha llevado a cabo y en 2020 se propuso levantar el anonimato precisamente porque es una técnica muy utilizada y hay personas que podrían estar «ligando» con un hermanastrx sin saberlo (ya ha sucedido)
La actual legislación sobre reproducción asistida garantiza la confidencialidad de la identidad del donante, con dos excepciones: cuando exista un peligro cierto para la vida o la salud o cuando sea necesario conocerlo en un proceso penal, sin que en ambos casos implique publicidad de esa identidad. Pese a ello, la ley establece que esas excepciones no pueden acarrear consecuencias jurídicas en los ámbitos personal o patrimonial.
Países como Reino Unido, Suecia, Holanda, Austria, Portugal o Alemania ya cuentan en sus leyes con esa normativa. No se trata de buscar a tu padre biológico para echarle nada en cara o pedirle que te incluya en el testamento, se trata de que sistémicamente podemos, como hemos visto, engancharnos a lealtades que no nos hacen bien y en el caso de bebés engendrados por donación no podrán soltar ese lastre si no conocen de dónde les viene y lo que puede estar atándolos al sistema.
«Creo que hay sobre todo un derecho de cualquier ser humano a conocer su identidad y exige el conocimiento de sus orígenes biológicos. Por el contrario, no parece que un donante, cuando dona, tenga necesariamente que tener garantizado el anonimato de su identidad» asegura en una entrevista a TVE Vicente Bellver, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Valencia y miembro del Comité Español de Bioética.
La legislación vigente recoge desde 2015 que lxs hijox adoptadxs tienen derecho a conocer su origen biológico, algo que no se extiende a lxs nacidxs con técnicas de reproducción humana asistida.
Los intereses de los centros de fertilidad son diferentes, aseguran que conocer a los padres biológicos no aporta nada y que además verían mermadas sus donaciones…eso en mi opinión es anteponer el derecho y la salud mental de lxs nacidxs al dinero que se gana con ello.
Por ello aquí se creó ADIH, Asociación de hijas e hijos de donantes a través de la cual se lucha por los derechos a conocer a sus donantes, sólo para entender de dónde vienen y qué pasado les arropa.
Es importante conocer nuestro pasado para entender nuestro presente y desde ahí construir nuestro futuro.
