
Cómo se puede sentir tanto en noventa y seis páginas…
Una novela acerca de los celos y la obsesión, pero no de cualquier forma y manera, sino que ahonda en la historia biográfica de la autora y una relación que ella decide abandonar.
A partir de aquí es todo el proceso de duelo, el quiero y no quiero, el seguir manteniendo el contacto para no soltar, el odio a «la otra», el sufrimiento evitable que insiste en hacer inevitable a base de dar vueltas en su propia angustia y desesperación.
Es una obra de arte sobre lo que no se debe hacer ante una ruptura y en lo que mucha gente se empeña en hacer.
El tema de los celos lo tratamos en casi todos los talleres, esa obsesión por depender de una persona y no soltarla ni a sol ni a sombra es dañina y no hace bien a ninguna de las dos partes. En el taller de Vínculos amorosos damos herramientas para la negociación y la ruptura desde el buentrato y aquí, en Desapegos, ahondamos en soltar además ese apego insano que tenemos con la pareja cuando le exigimos las carencias arrastradas del sistema.
No se puede ser amiga de nuestra expareja hasta mucho tiempo después, y a veces no es necesario. Si decidimos que hay amor que preservar y que la relación merece conservarse, primero tenemos que pasar un duelo y eso significa dolor, atravesar lo impensable, dejar que mi cuerpo se entere de lo mal que lo estoy pasando, porque duele perder algo que me hacía bien en su momento. Lo que no podemos hacer de ninguna manera es atravesarnos con esa ruptura e intentar arrojar cabos para no soltarla. De esta forma sólo nos hacemos más daño.
Esa es La ocupación de la que habla la autora, un todo negro que la ciega y la vuelve tóxica con alguien a quien a querido y quiere, pero ahora de otra manera.
