Bravo por esas madres que inventan cuentos para que soñemos mundos mejores, que inventan palabras, que salen a las calles, que en casa se ocupan de que sepamos que no tenemos un sitio fijo en ella, que podemos ser lo que queramos, que aquello de la mujer en casa cuidando hijxs no es para todas, que no cerremos las puertas a lo que parece que no ha sido hecho para nosotras!
En el taller de MaternARTE estamos haciendo una preciosa reflexión sobre esto y sobre las vidas de nuestras madres. Madres que no siempre fueron o pudieron ser referentes para nosotras en aspectos culturales, laborales, sexuales…porque cada una tuvo su propia infancia, llena de abundancias o carencias, porque cada una de ellas vivió su propia adolescencia, llena de miedos, culpas, vergüenzas y con esa mochila llegaron al matrimonio. No sabían nada apenas sobre ellas y se pusieron a enseñarnos qué era la vida…esa vida que sólo ellas conocen y que vivieron según su experiencia. Madres que apenas fueron al colegio, que no tuvieron suerte de jugar, que tuvieron que ponerse a trabajar.
Madres de sus madres, madres de sus hermanxs, mujeres todas dentro de un sistema patriarcal que las empujaba hacia el interior y no las daba ningún lugar en el exterior.
Cada una lo hizo lo mejor que pudo con lo que tenía, con las herramientas que en ese momento estaban a su disposición, y quiénes somos nosotras para juzgarlas.
Y que suerte si tu madre fue transgresora y es eso el legado que te ha dejado, qué suerte si es de una generación actual y ha podido experimentar y pasarte sus experiencias en forma de aprendizajes…qué suerte tengas la madre que tengas, porque de todas se aprende.
¿Qué lugar le das a la tuya en tu vida?
La ilustración y el cuento son del álbum Mamá de Hélène Delforge y Quentin Gréban, una preciosidad!
miradentro.org 