De eso no se habla

Te contaba en el artículo anterior, sobre las malas hijas, que muchas mujeres fueron encarceladas en instituciones tuteladas por el estado simplemente por considerarse que tenían una moral corrompida y en muchos casos por haberse quedado embarazadas. Hoy te amplío esta visión en concreto, tomando como punto de partida aquello de lo que no se habla: SEXUALIDAD

¿Cómo no iban a quedarse embarazadas si nadie las había advertido de cómo se llegaba a ello?

En el tema de la sexualidad hay mucho que rascar, pero empecemos por el principio. Siguiendo una línea horizontal y poniendo en ella a hombres y mujeres, nosotras siempre salimos perdiendo. Si trazamos la misma línea en vertical y miramos a través de nuestros sistemas tenemos el mismo resultado. No se nos da el mismo derecho a disfrutar que a ellos, ni ahora ni nunca.

Nuestras sexualidad es muy amplia, no se limita al coito y por eso muchas veces se confunde la educación sexual con lo que no es. Es sexualidad una mirada, una caricia, un beso, un abrazo y nada de ello tiene por qué llegar a nada más. También por supuesto está la sexualidad genital y además de ello el orgasmo. Ni toda sexualidad tiene que incluir coito, ni toda sexualidad, sea como sea, incluye orgasmo.

En cuanto a sexos se refiere, ellos lo tienen a la vista desde que nacen, juegan con él, lo tocan, lo frotan, se dan placer y se les ríe la gracia. No ha sido así siempre. Hubo una época en que también se les amenazaba con castigos divinos…pero no sirvió de mucho en su caso. Sin embargo eso sí sirvió de muro para nosotras. Nosotras tenemos los genitales fuera de la vista, esto hace que muchas mujeres no los hayan visto nunca. Repito, nunca. ¿Cómo podemos pues tener una relación sana con nuestra sexualidad si no sabemos ni cómo son nuestros órganos sexuales? Si además nos frotábamos nos castigaban como si fuera lo peor del mundo. Recomiendo en este punto la película Creatura.

Conocerse es la clave para tener una relaciones satisfactorias. Primero nos conocemos a nosotras mismas y después compartimos ese conocimiento con terceras personas, si nos apetece.

En el caso de las mujeres además se da un fenómeno curioso. Como nuestra educación sexual ha partido de lo que hemos leído y visto a través del amor romántico, hemos llegado a nuestras parejas (hablo desde la heterosexualidad) creyendo que son ellos los que deben transportarnos al paraíso…y no es así. Ellos no leen la mente, pero son más capaces que nosotras para pedir lo que desean. Nosotras esperamos a que nos adivinen el pensamiento y así nos va el pelo.

En los casos de homosexualidad con menos referentes aún, todavía es más difícil.

¿Y cómo afecta esto a nuestros sistemas?

Copiamos todo lo que vemos alrededor desde que nacemos. Lo almacenamos, lo dividimos en cajitas etiquetadas correcta o incorrectamente y desde ese archivo mental establecemos nuestras relaciones. Lo que veo en casa es para mí lo NORMAL. Como no tengo con qué comparar, tal y como veo que se relacionan mis figuras de cuidado, así entiendo que se relaciona todo el mundo.

Cuando voy creciendo voy abriendo ese pequeño círculo y lo voy ampliando incluyendo otras formas de relación con todo lo que veo alrededor. Y llego a la adolescencia queriendo ser diferente en todo a mis figuras de apego, igual a mis iguales y además forjando mi propia identidad. ¿Cómo sobrevivo? Pues imitando. Haciendo lo que se espera, aunque en muchos casos no coincida con lo que yo quiero, pero entiendo que es lo que la sociedad espera de mí.

Con este mismo traje se vistieron nuestras bisabuelas, abuelas y madres. Ahora nos lo ponemos nosotras, nos colocamos las gafas moradas a juego y comenzamos a observar que no todo aquello que veíamos era tan normal, que nuestras bisabuelas, abuelas y madres no tuvieron la sexualidad que quisieron, si no las que las dejaron tener. Probablemente no entendían el sexo como lo entendemos ahora, para muchas simplemente era un deber marital necesario para tener descendencia y continuar con la especie.

Mirando a ese sistema podemos entender muchas cosas. Desde el genograma podemos ver fechas de nacimientos que nos dan una idea de cuántas de esas mujeres empalmaban un embarazo con otro. Imagina lo que debía ser trabajar en el campo, en la casa y cuidar de un prole numerosa, todo ello sin quejarse, abierta a lo que su marido exigiese, siendo tratadas como animales…

¿Y cómo te afecta esto a ti?

Pues de muchas maneras. En consulta nos encontramos con mujeres que no son capaces de vivir con placer su sexualidad sin tener ninguna dolencia o sintomatología. Simplemente no saben cómo hacerlo y cuando lo intentan sus cuerpos no responden. Esas mujeres arrastran una carga de su sistema. Aquellas no pudieron elegir y ahora ellas, que pueden, no se atreven a hacerlo de forma libre quizás por lealtad a ese sistema: Yo como vosotras. De esta forma no disfrutan de su sexualidad y no saben por qué.

Es interesante para entender nuestra sexualidad, mirar hacia nuestro sistema, observar a las mujeres de uno y otro linaje, ver qué tipo de sexualidad tendrían en sus matrimonios, si podían elegir o no tenerla, cuántos embarazos tuvieron (incluyendo a posibles abortos), cuántas criaturas…de esta forma entendemos mejor que nuestras lealtades se puedan quedar enganchadas en ellas.

Observando, entendiendo, aceptando e integrando todo aquello que pasó y dejándolo con ellas, podemos hacernos libres para vivir nuestra propia sexualidad.

Todo esto sirve igual para mujeres que, teniendo otra orientación sexual, tuvieron que esconderla e incluso casarse con un hombre, dejando a un lado su propio deseo para encajar y pertenecer.

Volviendo en este punto a la película antes recomendada, Creatura, también podemos tener problemas con nuestra sexualidad por creencias limitantes, pero ese es otro tema.

En cuanto a la muy solicitada educación sexual y de cara a nuestras descendencias, es necesario hablar de lo que no se habla, abrir la mente, llamar a las cosas por su nombre, enseñarlas a disfrutar de su cuerpo, a conocerse, a conocer sus derechos, al derecho a echarse atrás, al derecho al placer, al consentimiento explícito siempre…Es cada vez más necesario.

Si no, en un futuro, esas niñas- adolescentes- mujeres, seguirán repitiendo por lealtad sexualidades insatisfechas, obligadas y sumisas.

1 comentario en “De eso no se habla

  1. Pingback: Eso no se toca

Deja un comentario

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close