Cuando cambio, todo cambia

Ayer tuvimos en nuestro taller de Vínculos amorosos una de las sesiones más duras.
Cuando revisamos el modelo actual de socialización, nos damos cuenta de que vivimos en sociedades maltratantes que nos enseñan a maltratar y a maltratarnos.
Comenzando por nosotras mismas y abonando ese jardín, el resto es pan comido.
Veíamos cómo ese maltrato se extiende desde lo personal a lo relacional y a lo social y cómo están todos interrelacionados.
Identificar el maltrato en nuestra vida es también poner conciencia en todo lo que queremos cambiar en ella.
Dos ejemplos muy visuales son las propuestas que os dejo: Petricor que habla de los trastornos de la conducta alimentaria y los efectos de estos con el paso del tiempo. Es muy interesante verlo en tres mujeres de edades distintas. Desde la mirada sistémica la anorexia puede estar relacionada con no tomar a la madre, con querer volver a ser niña. Se deja de comer para volver a ser alimentadas. En este caso puede que se haya dado un movimiento de amor interrumpido. También se da en casos de abusos sexuales y de tomar el control del cuerpo de esta manera por ser lo único que podemos controlar ante lo que está pasando por nuestra mente.

Por otra parte El techo amarillo habla de abusos a menores desde algo tan bonito como una escuela de teatro. Alumnas que durante años fueron abusadas por quien debía respetarlas y ayudarlas a crecer. Las cicatrices que esto ha dejado en ellas se traduce en desconfianza, culpabilidad, depresión, TCA.
En ambos documentales se entiende el maltrato, se palpa, se siente y además surge la rabia de la indefensión, de normalizar, de invisibilizar, de mirar hacia otro lado.
Tomemos conciencia de lo que nos sucede, de lo que nos afecta y maltrata para poder virar en el camino del buentrato y hacer nuestra vida más amable.
Cuando cambio, todo cambia.

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