¿Qué relación tienes con tu productividad? ¿y con tu aburrimiento?
Parece que tuviéramos que estar produciendo todo el día, demostrando que servimos, que sabemos hacer de todo, opinar sobre todo y entre unas cosas y otras no nos queda tiempo para aburrirnos.
Recuerdas cuando de pequeña decías: me aburro y alguien te contestaba: ¡cómprate un mono! ¿Para qué querríamos un mono? pues para que nos entretuviera y de esa forma dejar de estar aburridas…¿te suena el bucle?
Lo mejor de aburrirse es tener la oportunidad de soñar despiertas. Bien cierto es que cuando nos aburrimos tenemos tiempo para pensar y eso da miedo porque me permite conectar conmigo misma y puede que lo que me viene a la cabeza no me guste.
Pero justo eso es lo maravilloso del aburrimiento, el espacio de escucha interna.
En consulta recomiendo a muchas mujeres un ejercicio: tumbarse sin hacer nada durante media hora. Sin estímulos de pantallas, música, libros…sólo tumbarse bocarriba mirando al techo y dejar volar la imaginación viendo dónde las lleva, enfrentándose a todo lo que salga y respirando cuando no es demasiado amable.
Sólo mirando en esos rincones oscuros podemos arrojar luz sobre ellos.
Además aburrirse puede ser totalmente productivo porque tomas conciencia de cosas que te habían pasado desapercibidas por no tener tiempo de centrarte en ellas.
Mirar al techo, por una ventana, contemplar nubes…no hacer nada de nada durante un periodo de tiempo es una buena higiene mental para resetear y volver a retomar nuestra vida desde la calma.
Además el aburrimiento suele ser muy creativo, sólo tienes que darle una oportunidad.
Abúrrete y me cuentas.
