Autorregulación

Volvemos de vacaciones con la pilas cargadas y llenas de proyectos bonitos para compartir con vosotras pero antes que nada y viendo la velocidad que tomamos después del parón veraniego, un poquito de autorregulación no viene nada mal.
¿Qué es eso de la autorregulación?
Pues aprender a escuchar lo que necesita nuestro cuerpo en cada momento. Entender que por más baterías cargadas que traigamos no podemos con todo el mismo día.
¿Qué tal si utilizamos esa autorregulación para priorizar?
Este recurso es conocido, pero no por ello menos importante. En lugar de querer llegar a todo el primer día de vuelta, vamos a realizar una lista con lo urgente y lo importante.
Habrá cosas que sean de primer orden: llenar la nevera, volver a los menús, tener todo organizado para la vuelta al trabajo, colegio…y otras que pueden esperan algo más.
Decide que puedes hacer hoy y qué puedes dejar para mañana, pero sin culpa, sin querer cargarte todo, porque si comienzas este nuevo curso cansada, ¿de qué ha servido desconectar?
Al igual que tenemos claro que tenemos que parar cuando estamos cansadas, tenemos que tener claro cuando parar aunque no lo estemos.
De eso trata la autorregulación, de cuidarnos, de mimarnos y de entender que tenemos ritmos diferentes.
Aprender a escuchar nuestras necesidades es también ser productivas.
Así que tómate con calma la vuelta, si te has ido, y utiliza toda esa buena energía que traes para ralentizar tus ritmos y poner presencia en lo que estés haciendo.
Como decía una compañera mía: después del uno, el dos.
Esa presencia es parte de la autorregulación y tiene mucha importancia: si estás haciendo una cosa, que esa cosa ocupe todos tus pensamientos mientras la ejecutas, que tu mente esté en este instante y no volando libre, que tu intención esté en la acción. Si te cansas y no es importante, déjalo para luego, no insistas, es mejor hacerlo más tarde y bien, que rápido y mal.
Yo de momento me aplico el cuento y me pongo a ello.
Poco a poco voy conectando con los pendientes y durante esta semana voy espaciando las horas para ir acostumbrando a mi mente a volver poco a poco, que hay una parte que sigue todavía bajo la sombrilla.