¡Basta ya!

Es agotador levantarse cada día y escuchar como han matado a otra de nosotras, y a otra, y a otra. Las últimas estadísticas muestran que a lo largo del mundo muere una mujer cada diez minutos a mano de un hombre. Un hombre que en muchos casos es su pareja y en otros simplemente se ha tomado el privilegio de usarla y matarla como quien lo hace con un insecto.

«Sin denuncias previas». Esta es la frasecita que escucho con más frecuencia en los medios de comunicación, medios que se empeñan en invisibilizar a la mitad de las asesinadas. En España, hoy 25 de Noviembre de 2025, hay contabilizadas 83 víctimas de violencia de género, según feminicidio.net, web que recoge todas aquellas víctimas mujeres y niñxs que han sufrido esta horrible lacra.

Desde 2004 tenemos una estupenda Ley Orgánica que recoge parte de los casos y que fue ampliada en el Convenio de Estambul en 2011…y que en 2023 fue por fin aprobado a nivel europeo para incluir cualquier violencia ejercida sobre las mujeres por el hecho de ser mujeres. No sé qué es lo que no se entiende de esta frase, lo que sé es que los medios se enrocan en contabilizar sólo a las mujeres que mueren a mano de sus parejas o ex parejas, como si el resto importaran poco.

Por si fuera poco desde el feminismo ahora también escucho que hoy saldrán dos manifestaciones en Madrid, cuando siempre nos ha servido una…el caso es dividirnos aun dentro de nuestra lucha. Puedo entender que haya una división el 8 de Marzo porque una parte del feminismo sigue apoyando a la prostitución, a los vientres de alquiler…violencias ambas estipuladas y contrastadas pero que como dan dinerito nadie quiere mirar. Pero que en la lucha contra la violencia también haya discrepancias me parece innecesario completamente.

No todas saldremos a la calle hoy, cada una tiene su vida y sus prioridades, pero sí podemos luchar y seguir siendo activas de otras maneras y una de ellas es entendiendo cómo funciona la violencia para poder identificarla y ponerle freno, tanto en lo micro como en lo macro.

No es fácil denunciar, no es fácil volver a casa y enfrentarte a tu maltratador y menos aún si hay criaturas por medio, no es fácil empezar de cero y muchas mujeres se encuentran en esa tesitura. Si se van de casa lo tienen que hacer con una mano delante y otra detrás. Mujeres que no son compañeras sino esclavas de sus maridos, que viven de la asignación que ellos les proporcionan para los gastos del mes, que no tienen nada a su nombre y que si abandonan lo que tienen se quedan literalmente en la calle. También hay que poner el foco en que algunas están aquí habiendo dejado sus países de origen, sin hablar bien el idioma, sin red social de apoyo. Todo cuenta y para ellas no cuenta nada porque nada tienen.

Por eso es tan importante que nuestra mirada esté entrenada, que no hagamos juicios, que usemos la compasión y la empatía con todas y cada una de ellas. Por eso es tan importante también que se muestren los distintos tipos de maltrato desde plataformas audiovisuales para ayudar a identificar y poner nombre a lo que les está pasando: Te doy mis ojos. Solo mía. Querer. Custodia compartida, Solo una vez, No estás sola…son sólo unas cuantas muestras de lo que nos pasa en el día a día.

En los talleres de autoconocimiento que facilitamos, una de las labores en las que más ponemos el foco es en entender esa telaraña del maltrato que nos envuelve a muchas de nosotras alejándonos de nuestra familia y amistades y convirtiéndonos en la mosca que atrapada en el centro no puede más que estarse quieta a merced de su depredador.

Trabajamos con una estupenda recopilación que parte de la que hizo Trinidad Soria López para la Guía de intervención en casos de Violencia de Género, de la editorial Síntesis y que muestra todos los grados del maltrato. Por desgracia cada año tenemos que añadir unos cuantos más.

Pensar que la violencia de género es sólo el asesinato, o la paliza o lo que deja pruebas y evidencias es quedarnos en las puertas de lo que realmente es. Muchos de los maltratos se dan en casa, en el lugar que debería ser refugio; se dan de la mano de nuestras parejas, que deberían ser nuestros compañeros amantes; somos juzgadas por nuestras familias y amistades, que deberían darnos arropo y apoyo. Si llegamos a los tribunales seremos el foco del juicio sin ningún miramiento. Con estas mimbres todavía nos preguntamos ¿por qué no denuncian?

Es importante visibilizar todo tipo de violencia para que no se normalice y cuando no se puede hacer públicamente, se puede hacer de manera anónima, como el estupendo trabajo que está llevando a cabo Cristina Fallarás y que ha recogido en su último libro No publiques mi nombre. También aquí he tenido que escuchar que no son de fiar los testimonios anónimos… ¿adivinas? ¡Sí! ¡ha sido un hombre! ¡por supuesto! ¿Cómo no iban también a juzgar a quienes no pueden hacerlo de otra forma desde sus zapatos de privilegio quienes nunca han sufrido nada parecido? Ejerciendo el mansplannig en todo su esplendor.

Hagas lo que hagas con esta información, espero que te hayas sentido incómoda, que te haga reflexionar y valorar lo que tienes alrededor para ver si realmente juegas en el equipo del buentrato o sigues mirando para otro lado diciendo eso de ni machismo ni feminismo. Si no tomas partido, ya estás tomando partido.

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