Desde siempre he ido caminando y haciendo camino, poniendo un pie detrás del otro, mirando siempre adelante, pero un día me giré y miré hacia atrás y vi que mi camino estaba lleno de elecciones: a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo…
Cada persona debe elegir cada día entre el bien y el mal, entre el amor y el odio, a veces entre la vida y la muerte, y la vida es el resultado de la suma deesas elecciones.
Muchas veces esas elecciones están sujetas a nuestras creencias de forma que pueden hacernos libres o esclav@s de las decisiones que tomamos.
Identificar nuestras creencias limitantes es un duro trabajo y cada un@ debe hacer su propio recuento, una vez hecho, el cambio vendrá poco a poco, dando tiempo a nuestro cuerpo a integrar lo nuevo, volviendo a veces a lo conocido y retomando finalmente la senda que hemos decidido coger para vivir en plenitud.