Si hay algo mágico en esta vida es el agua, va y viene conectando países, dejándose llevar sin importarle por dónde pasa, sin reparar a quién moja, dejándose fluir.
Así debería ser nuestra vida, un fluir a nuestro alrededor conectando personas y pensamientos sin reparar en razas o condiciones sociales, mirando simplemente a los ojos de quien tenemos delante y prestándole nuestra plena atención.
Fluye y siente. Vive y disfruta.
Ama en tu camino a quien lo comparte.