Para empezar el camino del cambio hay que calzarse las botas del autoconocimiento.
Si yo cambio, todo alrededor comenzará a tomar nuevas formas y perspectivas, pero el primer paso surge de mí mism@.
Mirar hacia adentro, respirar, conocer nuestras emociones, saber qué queremos, perdonar, agradecer…todo forma parte de nuestro aprendizaje diario.
Es un aprendizaje vivo, hay que alimentarlo cada día, mimarlo, abonarlo, para que crezca fuerte y sano, para que cada día seamos más conscientes de nosotr@s mism@s y de quienes nos rodean.
No podemos cambiar a nadie, cada cual necesita su tiempo y por supuesto tener ganas de hacerlo, pero si estamos interesad@s en cambiarnos a nosotr@s mism@s no pongamos más excusas, simplemente calcémonos las botas y comencemos a caminar…