«Toda emoción que no se expresa, se instala en los órganos» (Margolin)
Los pensamientos nos generan emociones y éstas no son ni malas ni buenas, simplemente son emociones pero hay que saber gestionarlas…
Las emociones que normalmente identificamos como positivas: alegrÃa, amor, dicha, placer…hacen que nos sintamos realmente bien, alimentan nuestra alma y nos dan bienestar, pero las que negativizamos pueden hacernos más daño del que creemos.
Las emociones «negativas»: miedo, ira, rabia…no son malas, ni nos hacen daño…en pequeñas dosis, lo importante es identificarlas, saber qué nos genera esa emoción, ponerle nombre y saber gestionarla.
Si dejamos que esas emociones se instalen en nosotrxs lo harán, y no por uno o dos minutos, ni siquiera por un dÃa, se instalarán cómodamente, poco a poco irán mermando nuestro estado de bienestar y acabarán produciéndonos enfermedades…
Alimentemos y reguemos las buenas y arropemos y respiremos las menos buenas de forma que pasen a través de nosotrxs pero no se queden a formar parte de nuestro ser.