Empezando por una misma!
Vamos a llegar a un acuerdo, un contrato de por vida con nosotras mismas, contrato inquebrantable, innegociable, sólido, blindado: «Prometo amarme, respetarme, serme fiel y no juzgarme de aquí al infinito y más allá» porque no sé si hay más vidas, y si las hubiere el contrato seguiría vigente a través de los mundos paralelos, porque no hay nadie más importante en mi vida que yo, y no es egoísmo.
Si yo no estoy bien, la energía que transmito a quienes se acercan no es buena, si yo no me amo, le estoy dando permiso a las demás para que hagan lo mismo, si no me respeto, ¿Quién va a hacerlo?, si no soy fiel a mis ideas y pensamientos, ¿Cómo voy a pretender que me tomes en serio?, y para terminar, si me juzgo a mí misma, ¿Cómo no voy a juzgar a las demás?
Así de simple, cuando empezamos a cambiar positivamente nuestros puntos de vista y a sernos fieles, a amarnos y a respetarnos, ya no podemos vivir en un mundo en el que las demás no sigan esas reglas, y si faltan a ellas, es mejor abandonar al rebaño y pacer en pastos diferentes, con personas que piensen y sientan esa forma de ver la vida…En estos casos el refrán de mejor sola que mal acompañada, nos viene al pelo.
Yo me voy apartando de aquellas relaciones que me dañan de alguna forma y me voy quedando con las que me abonan y nutren el alma, porque sin buentrato, no hay trato.
