Los Órdenes del Amor: Pertenencia

Dice Delphine de Vigan en su libro Las lealtades:

Las lealtades son lazos invisibles que nos vinculan a los demás- lo mismo a los muertos que a los vivos-, son promesas que hemos murmurado y cuya repercusión ignoramos, fidelidades silenciosas, son contratos pactados las más de las veces con nosotros mismos, consignas aceptadas sin haberlas oído, deudas que albergamos en los entresijos de nuestras memorias.

Son las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos, los valores en cuyo nombre actuamos con rectitud, los fundamentos que nos permiten resistir, los principios ilegibles que nos corroen y nos aprisionan. Nuestras alas y nuestros yugos.

Son los trampolines sobre los que se despliegan nuestras fuerzas y las zanjas en las que enterramos nuestros sueños.

Hace unos días os hablaba sobre Constelaciones Familiares y cómo esta herramienta nos sirve para ampliar la mirada sistémica y ver más allá de la persona en el problema que trae a consulta, es lanzar esa mirada hacia todas aquellas personas que la precedieron y forman parte de ella.

Cuando trabajamos con Constelaciones Familiares tenemos en cuenta Los Órdenes del Amor, una serie de postulados que nos dan pistas sobre lo que puede estar pasando en el campo. Todo lo que desequilibra un sistema son desórdenes de ellos.

Bert Hellinger postulo tres Órdenes:

1- Pertenencia

2- Orden o jerarquía

3- Equilibrio

Hoy, teniendo en cuenta la definición con la que empiezo este post, hablaremos del primero: Pertenencia

Todo ser humano necesita pertenecer a un grupo para sobrevivir. Desde que nacemos pertenecemos a una familia, pero eso no garantiza por sí nuestra supervivencia, lo que la garantiza es saberse miembro de hecho de ella, seguir sus normas para ser una de ellos, ser leales a ese sistema familiar. En este camino llegan las lealtades, e inconscientemente para pertenecer hacemos pactos silenciosos con nosotras mismas: Yo como mamá, Yo como papá y de esta forma perpetuamos patrones y guiones que arrastramos a lo largo de nuestra vida.

Si se nos ocurre romper las normas de pertenencia nos convertimos en excluidas del sistema y aquí viene el desequilibrio que vemos en Constelaciones.

En el caso de las lealtades la solución pasa por entender a qué eres leal y cómo puedes romper con esa creencia, que dicho así suena fácil pero que no lo es en absoluto.

Cuando lo que tenemos son lealtades funcionamos en patrones inconscientes: Yo como tú mama/abuela/papá/abuelo, queriendo decir con ello que tal y como esas personas sufrieron, no fueron capaces de sentir placer, eran alcohólicos, se arruinaron…nosotras generaciones después pasamos por las mismas dificultades sin saber por qué, simplemente sintiendo que arrastramos un peso que no es nuestro. Todo ello por pertenecer, por ser como ellos.

En el caso de las personas excluidas la solución pasa por volver a mirarlas e incluirla de nuevo en el sistema, en darlas su sitio y honrar que también pertenecen, independientemente de lo que hicieran para ser excluidas.

Con esta imagen de las personas excluidas podemos pensar en El patito feo, despreciado por no parecerse a los suyos, por ser diferente y no encajar en lo que se supone que debe encajar. Otra imagen puede ser el personaje oculto en Encanto, otra figura que no encaja en las normas de la familia y que por eso es apartado de ella. En estos casos, sobre todo en el segundo, vemos como cuando la familia vuelve a incorporarle, vuelve el equilibrio. Todas las personas que forman parte de un sistema son necesarias para su equilibrio.

Y en este equilibrio entran personas que no llegaron a formar parte física de él como abortos, sean voluntarios o involuntarios y también quienes dejaron el sistema de forma repentina, como las personas que deciden suicidarse. También los muertos que pertenecen al sistema: bien porque alguien de nuestro sistema mató a alguien, por ejemplo en la guerra, mató a alguien en un accidente o de alguna otra forma (traficantes de personas, de sustancias…) Y por último los perpetradores de nuestro sistema: personas que han matado a alguien dentro de nuestro sistema o han realizado algún acto tipo violación, agresión importante…

Pero también nos podemos encontrar con personas vivas que no se mencionan en la familia, que parece que no existieron nunca…Os recomiendo un libro maravilloso: Los astronautas, de Laura Ferrero, en el que se ve claramente todo esto anterior y que incluye a su vez una recomendación que comparto porque me fascinó y son Los tachados de Roberto Duarte.

Trabajar con Constelaciones y ver cómo el campo muestra estos desórdenes nos da pistas para que la persona consultante se lleve trabajo para su proceso. Como dije entonces, las Constelaciones no solucionan nada por sí mismas, sólo nos dan una imagen ampliada de algo que pasa en nuestro sistema, después es responsabilidad de cada cual llevarlo a terapia o trabajar en su proceso. Sin un compromiso personal con lo que sale en ellas no se va a ningún sitio.

Si te sientes identificada con lo anterior prueba a asistir a un taller de Constelaciones y míralo por ti misma, no dejes que te lo cuenten. En los talleres que facilitamos puedes elegir trabajar o mirar. De las dos formas te vas a llevar algo, porque de alguna manera los sistemas están conectados. También puedes pedir tu consulta individual y lo vemos de forma más cercana.

De cualquier forma te esperamos!

Si te apetece probar puedes enviarnos un correo electrónico y te informaremos de los próximos grupos o bien lo haremos en consulta individual.

3 comentarios en “Los Órdenes del Amor: Pertenencia

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