
Hoy vamos a hablar del segundo de los Órdenes del amor de los que ya empezamos a ver hace una semana. En este caso orden o jerarquía
Qué importante es tener nuestro lugar en cualquier sitio, empezando por nuestro sistema de origen, continuando en nuestro propio sistema y expandiéndolo a nuestro lugar de trabajo.
Es sencillo de explicar y a veces difícil de entender: el primero que llega tiene prioridad. Hasta ahí todo bien, pero ¿Quién es el primero en llegar a una familia? Aquí hay que tener en cuenta otros factores, pero normalmente desde las Constelaciones Familiares se tiene en cuenta que una familia convencional (todo el rato hablamos de familias heteronormativas porque es lo que hasta ahora se ha dado en nuestros sistemas, ya abriremos ese melón más adelante) la forman un hombre y una mujer y los dos deberían estar al mismo nivel pero en lo sistémico tiene más peso quien provee al sistema. En algunas familias será el hombre y en otras la mujer, sobre todo ahora que las cosas son más igualitarias en ese aspecto, pero tradicionalmente ese papel lo asumía el cabeza de familia, nos guste o no esta premisa.
Tenemos por lo tanto que es el hombre el que ocupa el primer puesto seguido muy de cerca por la mujer que ocuparía el segundo. La descendencia de esta pareja siempre va después, es decir, aunque cueste entenderlo está primero la pareja y después las criaturas que engendran juntxs.
Para cualquiera que tiene hijxs esto suena raro, ya que una vez que vienen al mundo pasan a ser la prioridad por encima de todo, su bienestar es lo que importa, su supervivencia y con ella la de la especie, su educación, su futuro… Y yo digo a todo que sí…aunque vuelvo a insistir que estamos hablando de sistemas y prevalece el orden en que llegamos a ellos y si no mantenemos el orden el sistema se derrumba:
- Cuando dejo de lado a mi pareja para centrarme en mis hijxs y le quito así su lugar: le estoy diciendo que no es importante, que no pinta nada en la relación. Aquí no olvidemos que antes de los hijxs hubo un nosotros y que de ese amor nacieron ellxs.
- Cuando el hijo se coloca como «pareja» de su madre, haciendo de confidente, acompañándola a todos sitios y ocupando el lugar del padre. En este caso el hijo está en un lugar que no es el suyo. Será difícil que encuentre o mantenga parejas afectivas si ese lugar ya lo ocupa su madre. Por otro lado en la relación de los padres será difícil que se dé afectividad porque hay alguien en medio.
- Cuando la hija se coloca como «pareja» del padre o es la niña de papá ocupando el afecto y el espacio de la madre y como en el caso anterior no dejando espacio ni lugar en su corazón para otra persona.
- Cuando lxs hijxs se creen mejores o superiores a los padres. Esto se ve cuando son hijxs que han tenido la oportunidad de estudiar y se colocan en una posición de poder con respecto a sus progenitores, olvidando que estos les dieron la vida y todo lo que tienen.
- Cuando somos los padres de nuestros padres, puede ser infantilizándolos o tratándolos como si no supieran lo que hacen, excediéndonos en sus cuidados y olvidando que son ellxs quienes nos han criado.
- Cuando no somos capaces de tomar a la madre o al padre por los motivos que sean y nos colocamos de nuevo en un lugar de poder sobre ella o él. Tomar a la madre y al padre supone honrarlos y eso conlleva honrar tu vida que fue lo que ellos te dieron, ni más ni menos. No se trata, si han sido malas personas, de justificar lo que hicieron o dejaron de hacer, sólo de aceptar que te dieron la vida y eso es un regalo que hay que honrar. Te recomiendo el cuento de Joan Garriga «¿Dónde están las monedas?» para entenderlo mejor.
Importante al llegar aquí, y después de hablar de orden, el decir que todxs los hermanxs están al mismo nivel, aquí no hay jerarquías, aunque no suele ser así. Son iguales sistémicamente hablando y su orden será importante para otras cuestiones pero no aquí.
¿Y si no tenemos hijxs, quién está en primer lugar? Pues como he comentado al principio, la persona que aporte más al sistema. Este es otro melón porque, ¿Cómo medimos quién da más o menos en una familia? Está claro que el trabajo no remunerado se lleva una gran parte del tiempo de una familia si hay corresponsabilidad y cooperación entre esas dos personas. En este caso si hay equidad en lo invisible se puede ver quién aporta más en lo visible. Se traduce en dinero, que finalmente es lo que mueve el mundo, nos guste o no. Así que puede ser que tú que estás leyendo esto te cargues con todo el trabajo: interno y externo, pero si tu pareja (sea quien sea de los dos) gana más que tú, tiene prioridad en el sistema. Y hay que saber aceptar eso, honrar y agradecer.
También hemos hablado del orden o jerarquía en nuestro trabajo y aquí es muy interesante acudir a las Constelaciones Organizacionales o Coaching sistémico, donde se trabaja en situaciones de fusión de empresas o cuando hay incorporaciones a plantillas que ya llevan años trabajando juntas. Entender quién estaba primero en la empresa para reconocerlo y honrar ese lugar es muy útil para un buen funcionamiento de la misma y que no haya movimientos en contra de su éxito.
Llegadas a este punto, ¿Ocupas tu lugar en tu sistema familiar? ¿Ocupas tu lugar en tu propio sistema? ¿Ocupas tu lugar en tu trabajo? ¿Te resuena algo de lo anterior? si quieres saber más o tener una consulta individual, ¡sabes que cuentas con nosotras!

2 comentarios en “Los Órdenes del amor: orden o jerarquía”