¿Dónde empiezas tú y acabo yo? Momentos de fusión infinita que parecen eternos pero…
¿Respetamos los espacios personales de quienes nos rodean?
Los momentos de enamoramiento vienen acompañados de momentos de fusión en el que sólo nos apetece estar pegad@s a la persona que queremos, pero pasado un tiempo vemos que necesitamos espacio. Ese espacio siempre ha estado ahí, no es nuevo y es necesario para encontrarnos a nosotr@s mism@s, para poder disfrutar en solitario o en otra compañía de lo que nos gusta.
Esos espacios personales delimitan la confianza que depositamos en la persona amada, no podemos acotarlos ni invadirlos. Debemos incluirlos en nuestra relación para que ésta sea sana y saludable.
No se reducen a parejas amorosas sino que se dan también en otro tipo de relaciones, es decir, incluso con nuestr@s amig@s necesitaremos nuestro espacio para poder ver desde otra perspectiva la relación, para coger aire, para no viciar lo que ya existe.
Nadie le pertenece a nadie, salvo a sí mism@. No hagamos prisioner@s, abramos el corazón y dejemos que nuestras relaciones se enriquezcan.
¿Respetamos los espacios personales de quienes nos rodean?
Los momentos de enamoramiento vienen acompañados de momentos de fusión en el que sólo nos apetece estar pegad@s a la persona que queremos, pero pasado un tiempo vemos que necesitamos espacio. Ese espacio siempre ha estado ahí, no es nuevo y es necesario para encontrarnos a nosotr@s mism@s, para poder disfrutar en solitario o en otra compañía de lo que nos gusta.
Esos espacios personales delimitan la confianza que depositamos en la persona amada, no podemos acotarlos ni invadirlos. Debemos incluirlos en nuestra relación para que ésta sea sana y saludable.
No se reducen a parejas amorosas sino que se dan también en otro tipo de relaciones, es decir, incluso con nuestr@s amig@s necesitaremos nuestro espacio para poder ver desde otra perspectiva la relación, para coger aire, para no viciar lo que ya existe.
Nadie le pertenece a nadie, salvo a sí mism@. No hagamos prisioner@s, abramos el corazón y dejemos que nuestras relaciones se enriquezcan.
