«Si te aplauden, nunca presumas hasta saber quién y por qué te ha aplaudido»
Frase de cabecera para el tiempo en el que vivimos.
¿No os da la sensación que a través de las redes sociales parece que vivimos pendientes de cuánta aprobación tenemos de quienes nos siguen?
Antes, tú dabas tu opinión y te escuchaba quien tenías a tu alrededor…como mucho podías excederte bombardeando a tus amistades con un power point lleno de fotos y textos filosóficos y cosas por el estilo, o aburriendo a tus amigxs y vecinxs en cada oportunidad.
Pero de un tiempo a esta parte el opinar se nos ha ido de las manos…
Una cosa es que haya páginas, como esta, en la que nos guste motivar a quienes nos siguen, desde una perspectiva didáctica y educativa, y otra muy distinta es verter opiniones a cascoporro sin medir lo que se dice.
Lo peor de todo no es opinar gratuitamente, es que además encuentres un grupo de fans que te sigan en todo, como si fueras un gurú…
Insultos gratuitos, vejaciones, malostratos…todos bien vistos depende de dónde y con quién opines.
Así que ten cuidado de quién te da o te quita la razón, las dos cosas te llevan al mismo sitio: tú no estás en posesión de la verdad absoluta digas lo que digas, pero si te rodeas de gente que te da la razón por todo acabarás creyéndotelo y eso sí es peligroso. Por otra parte si todo el mundo te contradice, te vendrá bien reflexionar sobre si lo que dices es coherente o no, al menos te harán pensar y eso siempre es bueno.
Lo mejor es, como decía aquel, que si no tienes nada interesante que decir, no digas nada.