
Hoy se celebra el Día Mundial de la lucha contra el SIDA y vuelve a ser importante recordar que no es una enfermedad obsoleta, sino que es una enfermedad que está volviendo a repuntar de nuevo y no debemos olvidar las campañas de prevención.
Las cifras son preocupantes:
En 2018, 37,9 millones de personas vivían con el VIH.
- 36,2 millones de personas adultas
- 1,7 millones de niñxs (menores de 15 años).
Alrededor de 8.1 millones de personas no sabian que vivían con el VIH

Aunque la mortalidad por el sida ha disminuido un 33% desde 2010, parece que no es suficiente la información que recibe al respecto la población.
Después de las campañas de información para una sexualidad sin riesgos, que tuvieron gran éxito (Póntelo-Pónselo), hemos llegado a la publicidad contraria: Series en que se muestra a lxs jóvenes manteniendo sexo sin preservativos, donde se ve a ellas quedándose embarazadas a edades muy tempranas, donde no se da ninguna importancia al contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de esta forma lo único que les estamos transmitiendo es que el problema ya no es tal, que pueden disfrutar sin poner medios y ese es el gran error.
La educación sexual, no sólo en este país sino en el resto del mundo, es nula, y no nos permite a lxs profesionales acercarnos al público a exponer las razones de por qué hay que seguir protegiendo y educando desde la infancia.
Cuando propones programas de prevención te cuesta un mundo que sean aceptados porque desde las Ampas se cree que vamos a enseñar a «follar» en lugar de prevenir, y así nos va el pelo.
Partamos de iniciativas que no sólo se centren en prevenir, sino también en educar tanto a jóvenes como a sus madres-padres. Es raro que un/a adolescente pregunte en casa si no le van a saber dar respuestas y lo que encuentra en internet puede ser confuso.
Demos pues el primer paso para formarnos, informarnos y así poder transmitir correctamente pautas de prevención.
Más vida y menos SIDA
