Frente al paradigma del “pienso, luego existo”, sin hacer caso a nuestras emociones, en un entorno que lo racionaliza todo, surge un movimiento que nos pone en valor: “siento, luego existo”
Sólo desarrollamos aquello que ejercitamos y las emociones hay que entrenarlas al igual que hacemos con el cuerpo.
Identificar la emoción que nos surge, expresarla y conectar con ella integrándola en nuestra vida.
Sintamos!!
“Tu salud se verá afectada si día a día dices lo contrario de lo que sientes, si te humillas ante lo que te disgusta y te alegras con lo que no trae más que desgracias.
Nuestro sistema nervioso no es sólo una ficción, es parte de nuestro cuerpo físico, y nuestra alma existe en el espacio y está dentro de nosotr@s, como los dientes en nuestra boca.
No puede por siempre ser violada impunemente”. (Doctor Zhivago)