Este fin de semana fue la presentación de los proyectos fin de máster en Terapia de Reencuentro y no puedo estar más contenta.
Se presentaron seis proyectos a cada cual más interesante y constructivo, proyectos que un día aterrizarán de esa nube que hemos creado y tocarán tierra beneficiando a muchas personas.
Ha sido un fin de semana muy intenso y muy emocionante. Nos despedíamos de nuestrxs compañerxs después de dos años de compartir experiencias, emociones y sentimientos y las despedidas, aunque las hemos trabajado a conciencia, siempre dejan mal sabor de boca.
La parte positiva de todo esto es que hemos logrado formar un grupo de BuenTRato maravilloso en el que el respeto, la comprensión, el amor, están presentes cada día.
Para ello al final del máster nos intercambiamos semillas de buentrato, semillas que nos recordarán dónde empezamos, lo que hemos significado para nuestrxs compañerxs y a dónde queremos llegar en nuestros proyectos de amor.
Pero también me han recordado a otro tipo de gente que no va sembrando semillas de buentrato, sino todo lo contrario, que se visten de egoísmo, malos tratos y malas artes enmascarando con una sonrisa lo que verdaderamente son.
Entender lo que es el buentrato es un arte difícil, no se trata de lo que a mí me beneficia y punto, sino de aquello que me beneficia sin perjudicar a terceras personas. Se trata de equilibrio entre lo que yo quiero y tú quieres para que la relación sea fluida y llegue a buen puerto. Se trata de respeto mutuo, de dar a la otra persona la oportunidad de defensa en el agravio y no ir por la puerta de atrás atacando sin piedad. Se trata simplemente de educación, pero de la buena.
En una relación, el remedio a la mayoría de los problemas, está en sacar un espejo y no una lupa y a algunxs personas les falla algo tan sencillo.
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