Ayer finalicé mi formación en el entrenamiento para el cultivo de la compasión, en Nirakara y fue un fin de ciclo precioso!
No pude cerrar con mi grupo habitual porque justo el día de cierre operaban a Jose…así que cambié a Gonzalo por Silvia y cerré en el grupo de los jueves.
Cuando estás acostumbrada a trabajar con grupos los cambios de uno a otro se hacen más llevaderos, aunque siempre hay energía nueva que muchas veces no sabes cómo vas a afrontar. En este caso como el objetivo era común, el intercambio de grupo fue de lo más placentero.
Os conté que a lo largo del curso se hacen ocho meditaciones diferentes para enfocar la compasión en una misma y en las demás personas…y entre esas personas, están las difíciles, esas que ocupan un lugar en nuestra vida y de alguna manera la alteran.
Esas personas se convierten para nosotrxs en maestrx ocultxs y la única pregunta que debe venir a nuestra mente cuando nos topamos con ellxs es ¿Por qué la vida me ha puesto a esta persona delante?
¿Qué tenemos que aprender de ellxs? Supongo que en cada caso es distinto, en lo que a mí respecta lxs tengo de varios tipos: lxs que me hacen cultivar mi paciencia, mi empatía, mi fortaleza interna…Tengo maestrxs cum laude, que por más que sepa que me van a tocar las narices e intente respirar y evitarlo…acaban tocándomelas.
En esos casos lo que yo personalmente reviso es por qué sigue afectándome de esa forma su comportamiento, porque mientras lo haga es que sigo teniendo una herida abierta y que sigue supurando. A través de reflexiones internas y preguntas voy deshaciendo la madeja y respirando lo que mi cuerpo y mi mente me dicen.
No es un trabajo fácil, pero como todo en esta vida es ponerse a ello. Tampoco tenemos que insistir en esas relaciones, a veces es mejor tomar distancia y ser simplemente correctxs cuando nos cruzamos en su camino.
Para un momento. Cierra los ojos y visualiza a ese tipo de personas. ¿Cuántxs maestrxs ocultxs tienes tú? ¿Los identificas? ¿Has trabajado alguna vez en lo que te provocan?
En nuestros talleres tratamos de ver e identificar lo que nos despiertan las personas que forman nuestras relaciones, de ponernos en su lugar y así tener otro punto de vista.
Después de trabajar ocho semanas el cultivo de la compasión yo me llevo claves muy importantes para continuar en este maravilloso camino del autoconocimiento, que nunca termina.
Te invito a mirar un rato dentro de ti cada vez que unx de esxs maestrxs aparezca y que veas qué sensaciones y emociones te provoca, y si te apetece compartirlas siempre serás bienvenidx a nuestro grupo.
Ilustración: Muxote Potolo Bat
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