En el principio…

Preparando el taller de Septiembre he vuelto a releer el libro de Los Senderos de Ariadna de Charo Altable y me ha resonado con más fuerza la idea de la cooperación y solidaridad para construir un mundo mejor.

Una propuesta que cada día toma el pulso en nuestras calles, tanto en las más cercanas como en las que tenemos al otro lado del mundo, véase esta semana Argentina y su sinrazón de votar no al aborto legal…por supuesto por parte de los señoros…

Dándole una vuelta a todo lo que ha pasado al respecto de este tema y a lo que he sentido en mi cuerpo me acordé de un pasaje del libro que me encanta y me gustaría compartir junto a mi punto de vista:

Nacemos de mujer, pero hemos aprendido a creer que la cultura es un producto fundamentalmente viril, aprendizaje inculcado con la fuerza de la repetición; en el principio fue Zeus, Dios o los hombres cazadores, y con ello aprendemos también que en el principio existía el dominio de los más fuertes y mejores, y la voluntad de los seres humanos de dominar a otros(…)Nuestra cultura ha olvidado que nacemos de mujer y que ha sido la cooperación humana, desarrollada más entre las mujeres, la que ha permitido la supervivencia de la especie.

No entiendo cómo en el siglo XXI aún tenemos que estar en manos de lo que diga o deje de decir una iglesia retrógrada, unos señores que jamás se han visto o se verán en la tesitura de tener que decidir sobre qué hacer con sus cuerpos violentados o una sociedad mediocre que piensa que todavía tiene que decidir sobre lo que ellos creen correcto sin importarles lo más mínimo el sentir de quienes sí tienen que vivirlo en sus carnes…

Y no sólo estoy de punta con lo del aborto en Argentina, eso es la punta de iceberg, porque recogiendo datos y leyendo esta semana me he encontrado perlas como un congreso en México sobre la maternidad, en el que sólo había ponente masculinos…y he pensado qué coño sabrán estos de maternidad…de lactancia, de crianza, de cómo dormir a les bebés, de cómo hablarles, de cómo vestirles, de cómo…señoros,  que me juego el tipo a que han pasado la vida viendo como una mujer hacía todo eso y simplemente han  tomado buena nota para sus elucubraciones…También he recordado cómo nos quemaron como brujas simplemente por ser más diestras en el arte de la curación, las hierbas o ser mejores parteras. Nos apartaron de un plumazo para dar paso a los médicos…que claro está, sabían mucho más que nosotras de nuestro cuerpo…

Luego siguen llegando sentencias que no sólo no dan justicia, sino que la quitan, dejándonos expuestas a que algún loco tome el relevo (ya se están dando imitaciones) y nos viole o mate porque le va a salir gratis. Jueces que parece que no han tenido ni tienen mujer o compañera, hijas, madres, hermanas…porque de ser así y simplemente ponerse en sus carnes sus sentencias hubieran sido otras.

Yo trabajo para la igualdad, la horizontalidad en las relaciones, el buentrato y todo esto me hace remangarme y ponerme a trabajar más duro si cabe para tratar de darle la vuelta.

Creo en un mundo en el que todo está conectado y como digo siempre, cuidado con lo que pones delante del ventilador, en un mundo donde otras relaciones son posibles y sobre todo en un mundo con mirada femenina. La revolución feminista cada día es más necesaria.

Así que resumiendo mi sentir, en el principio siempre ha habido una mujer, que somos quienes damos vida, quienes cuidamos, quienes cooperamos, quienes levantamos lo que otros tiran a fuerza de guerras, quienes hemos ido enterrando a todos los hombres que caídos en esas guerras dejaron ciudades y pueblos desiertos…y ahora resulta que esos, esos que crecieron al amparo de tantas maravillosas mujeres, les devuelven el favor relegándolas a simples esclavas de sus decisiones.

Yo tengo algo que decir al respecto señoros:

O lo que es lo mismo: no dejes que esos bastardos te hagan polvo…que es lo que quieren conseguir, una distopía como en la historia de El Cuento de la Criada en la que ellos sigan mandando sobre nuestros cuerpos y llevándose sus beneficios, como siempre.

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