El género tonto

Decía mi madre una frase que me hacía mucha gracia: tú eres del género tonto, frase que recojo hoy por motivos varios.

Me duelen los oídos de escuchar en los medios la última tontería machista recogida en la frasecita de la «dictadura de género» que unos cuantos se empeñan en repetir en bucle, en la creencia absurda de que quien repite mucho una mentira la hace verdad. Puede que sea así, pero no creo que en este caso cuele.

No puede colar porque es una mentira que hace aguas, que se cuela en las ranuras de la hipocresía y la deslealtad hacia quienes somos más de la mitad de la población.

Hablar de «dictadura de género» es tanto como suponer que somos las que gobernamos el mundo a nuestro antojo, las que marcamos las normas, las que hacemos las leyes, las que imponemos castigos, las que dominamos los puestos directivos, las que controlamos los medios de comunicación…por eso abro el post hablando de género tonto, porque quienes afirman tales sandeces no pueden menos que pertenecer a él.

Ignorantes convencidos de que el feminismo es una ideología excluyente que quiere gobernar el mundo para oprimir a los pobrecitos hombres, que son todos unos santos varones y en su vida han roto un plato.

No señores (y alguna señora), no. El feminismo, como dice Angela Davis es la idea radical de que las mujeres somos personas y como tales queremos que se nos respete, no se nos viole, no se nos mate, se nos tenga en cuenta como a cualquier otra persona sin discriminación de ningún tipo y se nos trate de igual a igual (mira tú qué locura!)

Acabamos el año con una mujer apaleada y confinada en su casa en una habitación y lo abrimos con otra mujer asesinada y la noticia de cinco violadores en la calle de rositas…y nosotras somos las de la «dictadura de género». Nos pasamos la vida engañadas por Leyes que hacen «los hombres», que benefician a «los hombres» y todavía tenemos que aguantar que tras 96 muertes el año pasado nos acusen de «dictadura de género».

Dicen esos que han ganado VOtoX en Andalucía que son ellos los que van a preservar realmente los derechos de las mujeres y es tal la carcajada que siento que no sé si voy o vengo del vaivén. Supongo que querrán instaurar de nuevo la Sección Femenina y enseñarnos a fregar, guisar, coser y cantar y por supuesto a cumplir con nuestros deberes conyugales. Ya les digo yo dónde se pueden meter sus ideas.

Los derechos de las mujeres los pedimos a gritos desde las filas feministas y un poco más de cultura les haría correr en tropel al diccionario más cercano, vale también la wikipedia, y comprobar que nosotras sólo pedimos lo que por derecho merecemos y nos es negado una y otra vez a lo largo de la historia. A lo mejor lo que tenemos que empezar a plantearnos es en lugar de minutos de silencio, minutos de gritos enfervorizados. Ya que lo que no se ve no existe, lo que no se nombra no existe y lo que no se oye no existe, démosle visibilidad a cada muerte con un atracón de gritos desgarrados de la rabia que nos da perder a otra compañera en el camino. Quizás de ese modo sabrían lo que nos duele.

Y luego está lo del humor. Es que ahora se ofenden porque no nos gusta que hagan chistes a nuestra costa, es que somos de lo que no hay…

Esta Nochevieja hemos podido ver un programa de humor a cargo de José Mota en el que durante unos minutos se ve La Munda, como él la llama, un ejemplo que no estaría mal para algunos: despertar un día y ver cómo tu mundo de privilegios se desmorona, como te vapulean, insultan, agreden sexualmente, eso que en el programa dura un minuto lo aguantamos nosotras toda la vida, y no nos da risa…nos da coraje, ese que te sube por las venas y te obliga de alguna forma a seguir luchando cada día por lo que es tuyo. Hay una película francesa que lo trata y está bien verla para reflexionar un rato sobre privilegios y quien los sustenta: No soy un hombre fácil (Netflix)

Y para terminar mi mensaje para esos machirulos (y alguna que aún no se ha enterado de que está en el bando equivocado) que reinan a su antojo: la próxima vez que abras la boca para hablar de «dictadura de género» piensa que la única que hay vigente es la del género tonto, ese que representas con mucho empaque y poca gracia.

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